24 abr 2013

PINO CANARIO: ÁRBOL EMBLEMÁTICO DE SANTIAGO.

Los científicos y naturalistas Claudio Gay, Rodulfo Philippi y Federico Albert llegaron a Chile en los años 1829, 1846 y 1889 respectivamente. Sus trabajos los llevaron a preocuparse de los bosques de nuestro país, a promover su conservación, a la creación de parques urbanos y áreas verdes, a alertar sobre la sobreexplotación del bosque nativo chileno desde Copiapó(1) al sur y a promover la dictación de leyes que permitieran la protección y el manejo sostenido de nuestros bosques naturales. Los cálculos realizados por el propio Albert señalan que hasta inicios del siglo XX Chile había perdido más de 15.000.000 de hectáreas de bosques nativos.

Por su extensa y fecunda labor se puede decir que Federico Albert es considerado el Padre de la Conservación de los Bosques Nativos de Chile. Es preciso señalar que muchos de los  trabajos realizados por Claudio Gay y Rodulfo Philippi, fueron la base desde la cual Federico Albert inició la organización del sector forestal chileno. A su vez, por la creación de los jardines de la Quinta Normal, Rodulfo Philippi es el padre de la Arboricultura Urbana de Chile.
De izquierda a derecha: Claudio Gay, Rodulfo Philippi  y Federico Albert
En 1838, el botánico francés Claudio Gay, comisionado por el gobierno para  reconocer el territorio, luego de concluir un viaje a Copiapó, hizo ver públicamente la situación de degradación que se estaba produciendo en la región minera. En relación al Departamento de Coquimbo sostenía que: «los montes casi del todo han desaparecido, los arbustos son débiles, pequeños y desmedrados y las rocas descubriendo ya sus flancos en la más espantosa aridez, parecen presagiar a esta hermosa provincia un lamentable porvenir».

Pero Gay no se limitó a describir el aspecto de los ‘montes’. Según el científico, no podía argumentarse que fuera el clima característico de la provincia el factor que determinaba la pobreza de la vegetación. ¿Cuál era explicación para tan lamentable hecho?: «...en el hombre sólo es donde se ha de buscar la causa: esta existe en la penuria de nuestras leyes sobre el arreglo de bosques y plantíos y en el vicio de las Ordenanzas de Minería que autorizan a los mineros para arrancar y destruirlo todo». A raíz de la imposibilidad de eliminar los artículos relacionados con "denuncios de bosques" de las Ordenanzas de Minería, en 1871 diferentes personalidades vinculadas a la Sociedad Nacional de Agricultura, entre ellas Benjamín Vicuña Mackenna, clamaron por la introducción de criterios científicos en la gestión forestal y la regulación legislativa de la explotación de los bosques. Destacados científicos, como Rodulfo A. Philippi, llamaron a la responsabilidad del gobierno en materia de enseñanza y experimentación forestal "necesarios para la buena administración de los bosques y para el planteo de nuevos" (Casals C., Vicente). 

Claudio Gay fue el responsable de la creación en 1842 de la Quinta Normal de Agricultura y,  en ese mismo lugar bajo la dirección de Rodolfo Philippi, se construyeron en 1853 el Jardín Botánico y el Invernadero, para lo cual Philippi trajo desde distintas partes del mundo numerosas especies ornamentales. Con todos estos antecedentes ya en 1870 Benjamín Vicuña Mackenna, basándose en el criterio higienista que imperaba en esa época,   expresaba la idea de convertir el Cerro San Cristóbal en un gran pulmón verde para la ciudad de Santiago.

Pino canario (Pinus canariensis): especie emblemática.

En la Quinta Normal

La Quinta Normal de Agricultura fue el escenario donde en el siglo XIX confluyeron numerosos aportes efectuados a la actividad forestal por Claudio Gay, Rodulfo Philippi y Federico Albert. Gracias al trabajo desarrollado por estos tres científicos, se creó allí el  Instituto Agrícola de Chile (1876-1915), que fue seguido por el Instituto Agronómico (1915-1928) y luego por la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Chile (1928- 1971).

En la foto de la derecha se muestra un ejemplar de pino canariense que se encuentra en la Quinta Normal, a la entrada del "Jardín Carlos Muñoz Pizarro". Cerca de su base se observan dos personas caminando, dato que permite estimar la altura de este árbol en más de 20 metros y el diámetro de su tronco (DAP) por sobre los 90 cm. Su edad estimada supera los 100 años.

A fines del siglo XIX la Quinta Normal de Agricultura albergaba más de 50 especies introducidas, siendo la mayor parte de ellas de tipo ornamental. A esta tarea se sumó Federico Albert quien a inicios del siglo XX ensayó más de 150 nuevas especies. Esta tarea le permitió realizar una selección de aquellas que mejor se adaptaban a los distintos climas, material que quedó contenido en el libro titulado "Los 7 árboles forestales más recomendables para el país", portada que se muestra en las imágenes de más abajo.


Es interesante observar que Pinus canariensis y Acacia melanoxylon son las únicas dos especies que Federico Albert recomendó para establecerlas en suelos de secano y también en terrenos frescos o regados.

Presencia de pino canario en los parques de Santiago

La presencia de ejemplares adultos de pino canario en el Parque Forestal, el Parque Poeta José Domingo Gómez Rojas y en el Cerro San Cristóbal, además de su presencia en forma aislada en diversas comunas como San Bernardo y Buin, o en la puerta de la Universidad de Santiago que da al Metro USACH, se explica solo a partir del rol que cumplió la Quinta Normal de Agricultura durante el siglo XIX en la producción de plantas ornamentales que serían utilizadas en los parques que se crearon en el primer centenario de la República. Efectivamente, la mano de Rodulfo Philippi está presente en la selección y producción de los árboles que se utilizaron para forestar los parques señalados, además del Cerro Santa Lucía y numerosas plazas de Santiago.
En el Parque Forestal

En la foto de la derecha se muestra un ejemplar de pino canario en el Parque Forestal, del cual destaca su follaje y altura. En su base se observan personas caminando y recostadas en el pasto que nos permiten comparar cuantas veces cabe su altura en la longitud vertical de la copa del árbol, estimando de esa forma la altura total de este ejemplar de pico canario, el que supera también los 20 metros.

No conocemos la fecha en que este árbol fue plantado, pero sabemos que el Parque Forestal se empezó a arborizar en 1910 y hasta 1930 continuaban plantándose allí diversas especies arbóreas. Sabemos también que pino canario es una especie que se cultivaba en la Quinta Normal y que era conocida por Rodulfo Philippi pues se encontraba establecida en esa quinta de agricultura. En consecuencia se puede arriesgar el cálculo de que ese árbol tiene en la actualidad más de 80 años.

Es posible observar varios ejemplares de pino canario en el Parque Poeta José Domingo Gómez Rojas, ubicado en calle Pio Nono, frente a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, como se pueden apreciar en la foto de más abajo.
Parque Poeta José Domingo Gómez Rojas, Recoleta.
Siguiendo con este recorrido por los parques tradicionales de la ciudad de Santiago, es posible encontrar numerosos ejemplares de pino canario en los faldeos del Cerro San Cristobal, ubicados en distintas situaciones y exposiciones, pero siempre con muy buena apariencia. Los árboles que se muestran más abajo se encuentran en el sector de Ermitaño Alto (izquierda) y Ermitaño Bajo (derecha). Es importante destacar que en ambos casos los ejemplares de pino canario destacan del resto de la vegetación que en el Cerro San Cristobal se ha establecido.

Son evidentes las bondades que tiene la especie Pinus canariensis y que se expresan en las distintas situaciones en que ha sido plantada, las que fueron percibidas tempranamente por  Federico Albert, quien con toda razón sitúa a esta especie en el tercer lugar de la lista de árboles que recomienda para ser utilizados en nuestro país. El pino canario resulta ser una especie con alta capacidad de adaptación, de hermosa forma y muy resistente a las condiciones adversas, lo que queda comprobado en la recomendación que hace Albert para utilizarlas en "terrenos de secano" y en "terrenos húmedos". Por todos estos motivos, pino canario, llamado así porque proviene de las Islas Canarias, es la conífera más noble que ha sido alguna vez cultivada en nuestro país.

La Quinta Normal de Agricultura es el lugar donde se produjeron numerosas especies que fueron utilizadas en nuestro país con fines ornamentales y también con fines de producción de madera. En este caso ha sido posible identificar el derrotero que siguió la especie pino canario, la que desde la Quinta Normal fue situándose   en distintos lugares del Gran Santiago, la región metropolitana y numerosas otras regiones del país.

La Quinta Normal se convierte así en un paradigma para todos y todas quienes nos preocupamos de la arboricultura urbana chilena, ya que en una época de muchas restricciones Gay, Philippi y Albert fueron capaces de habilitar un lugar desde el cual se entregaron árboles a nuestras ciudades. Eso es lo que necesitan nuestras ciudades: árboles urbanos de calidad y en cantidad suficiente como para arborizar nuestras calles, avenidas, plazas, bandejones, parques y numerosos recintos educacionales, deportivos, de salud y otros fines.

El Gran Santiago es una de las ciudades que tiene el aire más contaminado a nivel mundial. ¿Como es posible que nos demos el lujo de tener abandonados los pocos invernaderos de que dispone el estado?


Santiago JM Del Pozo Donoso
Ingeniero Forestal
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