Es común encontrar que la determinación de la cantidad y frecuencia de riego de árboles ubicados en calles, pasajes, bandejones y avenidas se realice según la disponibilidad de camiones aljibes o mano de obra que exista para tal fin. También es común que las personas interesadas en promover el cuidado de los árboles consulte respecto de "¿cuanta agua hay que echarle a tal o cual arbolito?". Esta situación también se genera con relación a uso de riego tecnificado.
Pero la respuesta a la interrogante planteada no radica
en cuanta agua se aporte al árbol sino en la cantidad de agua que el
suelo puede almacenar y poner a disposición de la planta.
En suelos donde predomina la arena el agua escurre rápidamente, en cambio en suelos donde predomina la arcilla parte del agua es retenida por las partículas de suelo y no llega a ser utilizada por las raíces. En suelos donde predomina el limo se producen capas de suelo impermeables que no dejan que el agua escurra en profundidad. Por lo tanto, lo que determina la cantidad de agua que puede ser almacenada por el suelo susceptible de ser utilizada por las plantas depende del tipo de suelo y de la porosidad del suelo.
Si el suelo está compactado, como es el caso de los suelos cercanos a edificios, obras de vialidad, estacionamientos u otra infraestructura, el agua escurrirá en superficie y por más intenso que sea el riego las raíces de los árboles recibirán siempre muy poca agua. Peor es el caso de los suelos que se dejan para establecer árboles en ellos y que han sido rellenados con desechos de cemento, concreto u otro material de construcción. El resultado es que los árboles no crecen o no se desarrollan bien.
La forma como se realiza el riego es otro aspecto de gran relevancia ya que es común encontrar situaciones en las que, producto de un riego mal efectuado, la tierra es eliminada del entorno de la raíz, pudiendo ser esta situación hasta el motivo de la caída de la planta. En muchos casos es posible observar que el riego con alta presión del chorro de agua produce el afloramiento de raíces hasta en árboles adultos. Por este motivo los árboles recién plantados deben ser regados con sumo cuidado para no eliminar la tierra que se encuentra cubriendo sus raíces y que además de protección dan sustento mecánico a la planta.
La forma como se realiza el riego es otro aspecto de gran relevancia ya que es común encontrar situaciones en las que, producto de un riego mal efectuado, la tierra es eliminada del entorno de la raíz, pudiendo ser esta situación hasta el motivo de la caída de la planta. En muchos casos es posible observar que el riego con alta presión del chorro de agua produce el afloramiento de raíces hasta en árboles adultos. Por este motivo los árboles recién plantados deben ser regados con sumo cuidado para no eliminar la tierra que se encuentra cubriendo sus raíces y que además de protección dan sustento mecánico a la planta.
Excelente artículo, lo voy a difundir por nuestro blog. Saludos desde Caracas
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