Nota: este texto fue enviado por correo electrónico a Alfonso de Urresti Longton, Senador de la República, en su calidad de integrante de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara Alta.
MINUTA
Elementos para la organización de una Ley del Árbol Urbano
Santiago, 3 de agosto del 2021
1.- Respecto del marco institucional
Las municipalidades del país son los organismos públicos que, entre muchas otras materias, se preocupan de la gestión de los árboles urbanos, función que realizan por dos vías, a saber: a) por la responsabilidad que tienen en la mantención de los bienes nacionales de uso público (BNUP), categoría en la que para los árboles viarios se encuentran las aceras y las superficies de terreno destinado a plazas y parques, y b) en el cumplimiento del artículo 25 c) de la señalada LOC, referido a “la construcción, conservación y administración de las áreas verdes de la comuna. Es importante destacar que durante mucho tiempo algunas profesiones han considerado a los árboles viarios como un “hermano menor” de las áreas verdes.
Estos son los primeros elementos que es importante destacar en primer lugar, a saber: a) que son las municipalidades las que tienen la responsabilidad de gestionar los árboles urbanos, sea que se encuentren en aceras de calles y avenidas o que se encuentren en áreas verdes y, b) que los árboles urbanos son una categoría de bien público que tiene características propias y necesarias de considerar para una adecuada gestión de ellos.
En el ámbito regional se encuentra el árbol urbano en los planes de descontaminación del aíre. A modo de ejemplo se puede señalar el primer PPDA de la Región Metropolitana, que encargó a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) la creación de viveros para incrementar de forma importante la cantidad de árboles que hasta esa fecha se entregaban a la comunidad: municipalidades y organizaciones comunitarias. Lo mismo sucede en planes específicos, como por ejemplo lo ocurrido en la comuna de Coronel, declarada Zona Saturada por material particulado fino respirable MP2,5, donde los últimos años por esa vía se han construido una cantidad enorme de plazas y saneamiento de microbasurales. También los Gobiernos Regionales financian la construcción de áreas verdes, parques urbanos y también plazas, esto último a través de los Proyectos de Mejoramiento Urbano (PMU). Un ejemplo de lo señalado es el Plan Santiago Verde de la Región Metropolitana que hasta la actualidad orienta la inversión en áreas verdes en su territorio.
A nivel nacional destaca el hecho de que no existe una política nacional de arbolado urbano, no obstante el Ministerio de Agricultura realiza una amplia labor en esta materia a través de CONAF y del Instituto Forestal (INFOR), siendo este último un organismo de investigación aplicada que actúa en el ámbito forestal desde 1961. Es importante destacar el escaso interés que el Ministerio de Medio Ambiente a mostrado por este tema, debido quizás a que solo algunos de los múltiples beneficios que aportan los árboles urbanos tocan tangencialmente el tema biodiversidad o el cambio climático, no obstante le vendría bien disponer de información respecto de tan importante materia. Con respecto al Ministerio de la Vivienda (MINVU) señalar que mediante la aplicación de subsidios habitacionales orienta el uso de los terrenos urbanizados a la maximización del tamaño de las viviendas, quedando las propiedades con patio y antejardín muy pequeños. Además las vías de comunicación corresponden mayoritariamente a pasajes. De esta forma y por más de 70 años el MINVU ha expulsado a los árboles urbanos de las poblaciones con viviendas sociales mediante la negación de espacio para su cultivo. Basta ver el plano verde de la región metropolitana con zonas amarillas al poniente y sur de la región,
Para resumir lo planteado, señalar que no existe una Política Nacional de Arbolado Urbano que se preocupe de articular instituciones, mecanismos e instrumentos, orientados a lograr una gestión equilibrada de estos otros seres vivos que comparten con nosotros la ciudad, para lograr cada vez más un incremento en cantidad y calidad de los beneficios ambientales, sociales y económicos que los árboles urbanos generan.
2.- Respecto de la Gestión de los Árboles Urbanos
La gestión de árboles urbanos se da en dos líneas de trabajo complementarias: arborización y manejo. Respecto de arborización señalar que existe un déficit de árboles urbanos a nivel nacional, estimado por el suscrito en más de 30 millones de árboles aprox. Tan solo en la zona urbana de la región metropolitana existe un déficit de 12 millones de árboles. Es importante considerar para las poblaciones financiadas por el MINVU la utilización de una combinación de árboles y arbustos. Respecto del manejo de los árboles, decir que es común ver como año tras año se destruye el arbolado urbano mediante intervenciones que eliminan gran parte de la copa que los árboles poseen, denominadas podas, pero que nada tienen que ver con obtener un mejor árbol. Una reflexión muy básica indica que si queremos más y mejores beneficios que provengan de los árboles urbanos deberíamos, al menos, respetar su copa (1). Decir también que un mejor árbol es aquel que después de ser intervenido aporta más y mejores beneficios a la ciudad, frase que podría perfectamente considerarse como la definición de poda de árboles urbanos.
Datos provenientes de distintas comunas de la región metropolitana, como Santiago, Vitacura, La Reina y San Joaquín, indican que entre el 60 y el 80% de los árboles urbanos se encuentran en aceras de calles y avenidas. Respecto de áreas verdes y considerando como plaza superficies que van desde 450 metros cuadrados hasta 2 has., el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha indicando que “el 85% de las viviendas están cumpliendo con el estándar de 400 metros de distancia a una plaza", lo que obviamente es falso, ya que una superficie de 450 metros cuadrados, igual al 22% de una hectárea, obviamente no corresponde a una plaza (2). Es importante observar que el estándar señalado para plazas es muy bien aceptado por el MINVU y el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), lo que cierra toda posibilidad de que las comunas de bajos ingresos puedan mejorar su situación ambiental.
Pero antes de avanzar realicemos un breve cálculo. Consideremos una comuna que tienen 70.000 árboles urbanos en su territorio, el 30% en plazas y parques y el 70% en aceras de calles y avenidas. Si la municipalidad cuenta con solo un encargado de arbolado urbano en su Departamento de Medio Ambiente, entonces, dedicando 4 horas al día debería visitar 265 árboles diarios, cifra excesivamente elevada para una sola persona. El cálculo realizado consideró 70.000 árboles, dividido por 12 meses = 5.833 árboles urbanos, los que a su vez son divididos por 22 días hábiles = 265 árboles diarios.
Consideremos ahora que ese mismo funcionario encargado comunal de arbolado urbano dispone de un Censo de Arbolado Urbano de su comuna, por lo que sabría cuantos alcorques (tazas) se encuentran vacíos en su territorio, los que deberían ser arborizados en algún momento; tendría también una idea clara de las condiciones en que se encuentran todos y cada uno de los árboles que crecen en su comuna, sean árboles viarios o árboles establecidos en áreas verdes. Tendría el dato certero de la totalidad de árboles singulares de su comuna.
Siguiendo la misma idea, pensemos también que la información que entrega el Censo de Arbolado Urbano podría distribuirse en un período de cinco años, por lo que ese mismo funcionario podría contar con un Plan Director de Arbolado Urbano Comunal, el que tendría un plan para cada línea de trabajo, con una serie de indicadores con los que hacer seguimiento año a año a la labor que su comuna realiza en arbolado urbano, obteniendo un dato certero también respecto del incremento obtenido en su comuna en más y mejores beneficios ambientales, sociales y económicos provenientes de los árboles.
Lo señalado en el párrafo anterior es un trabajo posible de ampliar en Chile, trabajo que muchas comunas hacen en Norteamérica y Europa, censando cada alcorque (taza), con o sin árbol, georeferenciada cada una de ellas, de tal forma que por medio de planos específicos se puede ir monitoreando el trabajo que se realiza. Es decir: en el párrafo anterior se ha descrito el principal instrumento de planificación de que se puede disponer para gestionar los árboles urbanos de una comuna.
Es importante Senador De Urresti que pensemos en este momento en el apoyo que se puede dar a las municipalidades para que dispongan de elementos comunes en la caracterización de los árboles urbanos, considerando parámetros estandarizados al momento de tomar datos de ellos como parte de un Censo de Arbolado Urbano, tarea coordinada interinstitucional que perfectamente puede realizar CONAF, organismo que además tiene experiencia en estos temas ya que tiene bajo su responsabilidad el Catastro Nacional de Bosque Nativo y la producción de árboles urbanos; la creación de indicadores, estándares e informes nacionales y regionales de Política de Arbolado Urbano puede perfectamente estar a cargo del Instituto Forestal, con la implementación de un sistema nacional en línea para la recopilación de datos, el que cualquier municipalidad tendrá a su disposición y podrá consultar cuando lo estime conveniente, etc.
Esta articulación de instituciones en pos de apoyar a las municipalidades y la toma de decisiones a nivel nacional y regional es un elemento esencial para una correcta gestión del arbolado urbano comunal, lo que se puede entender como una Comisión Nacional de Arbolado Urbano, con participación ciudadana también.
3.- Respecto de la intervención de los árboles urbanos
Aquí nos encontramos con otro problema, también bastante serio, que también necesita algunos minutos para ser abordado, aspectos que trataré de resumir al máximo. Se trata de los conocimientos que están detrás de las mutilaciones de árboles urbanos que vemos día a día, en todas las comunas de nuestro país. Me explico.
La arboricultura urbana es una disciplina que se sustenta en los conocimientos generados por unos pocos científicos que en distintos países han trabajado en esta línea, entre los de mayor prestigio se encuentran Alex Shigo de Estados Unidos (Doctor en Patología. 1959), considerado el padre de la arboricultura moderna; Francis Allé de Francia, botánico y biólogo, especialista en arquitectura de los árboles; Claus Mattheck de Alemania (físico teórico. 1947) quien aborda el riesgo en los árboles con su método VTA. Es importante mencionar también a Gerard Passola y a Josep Selga, ambos de España, quienes han perfeccionado métodos de análisis de los árboles urbanos. Consideremos también a Pierre Raimbault de Francia, con sus trabajos sobre estructura del árbol y a Ted Green de Inglaterra, con su estudio de los árboles veteranos. En la actualidad son numerosos los investigadores y expertos que basándose en los aportes de los autores señalados continúan profundizando estas y otras materias.
En resumen: la arboricultura urbana se sustenta en a) la forma como los hongos atacan a los árboles que presentan heridas analizados por Alex Shigo, lo que llevó a identificar que las heridas que producen un menor daño son aquellas que se presentan en el cuello de la rama, dato que a su vez es muy utilizado por los podadores de árboles urbanos; b) en la arquitectura de los árboles estudiada por Francis Hallé, de tal forma que las distintas especies arbóreas crecen de una determinada forma, existiendo 22 formas posibles de arquitectura del árbol y c) en la forma como los árboles crecen en respuesta a distintas situaciones que alteran su equilibrio creando riesgos y desarrollada por Claus Matteck, es decir, en la posibilidad de vuelco de árboles o caída de ramas que pueden dañar a los bienes o a las personas. Junto a Matteck podemos situar a Passola y a Selga. A partir de lo señalado se han desarrollado una serie de conceptos, como por ejemplo los tipos de poda (refaldado, aclareo, saneamiento, reducción de copa, terciado, etc) y el corte correcto, los que en conjunto empeoran aún más la situación de los árboles urbanos.
Pues bien, con el paso de los años y luego de estudiar estos planteamientos en profundidad se llega a la conclusión de que ninguno de ellos, ni por si solo ni en su conjunto, son suficientes para abordar de forma correcta la Gestión de los Árboles Urbanos, ni en Chile ni en el mundo, debido principalmente a que cada una de las “escuelas” señaladas ve al árbol en su totalidad. Entonces el tema es que si es necesario capacitar a las personas que intervienen a los árboles urbanos, la pregunta es ¿Disponemos de un modelo de capacitación que considere al árbol en su totalidad? Entiendo que esa metodología está en desarrollo.
Por falta de un correcto marco conceptual que permita abordar a los árboles urbanos, se han difundido una serie de mitos respecto de como tratar con ellos, entre los que se cuentan el uso de especies nativa porque consumen menos agua, lo que efectivamente es incorrecto, solo basta ver lo que ocurre con Peumo en las urbes de la Región Metropolitana. Que el cuello de la rama cicatriza porque ahí se encuentran las auxinas: no es cierto que cicatricen y tampoco es cierto que las auxinas produzcan callos de cicatrización, rebrotes si pero po cicatrización. Que no hay que cortar ramas de más de 10 centímetros de diámetros, lo que evidentemente no tiene asidero alguno, de hecho en fruticultura las heridas en ramas de más de 2 centímetros de diámetro son selladas inmediatamente después del corte. Que los árboles son peligrosos, situación que es nefasta y atenta contra todo buen criterio, siendo la verdad que el riego se produce cuando hay desidia y chapusería en la gestión de los árboles urbanos.
Es larga y agotadora la lista de estos falsos conceptos, pero para hacerse una idea señalar que esos son los elementos que se han tenido en cuenta para elaborar la NCH 3524 para el Manejo de Arbolado Urbano.
4.- La externalización de actividades
De acuerdo a lo revisado, un solo funcionario municipal a cargo de arbolado urbano no puede hacer el trabajo requerido para asegurar más y mejores beneficios que estos producen, el que está conformado por arborización, manejo, educación ambiental y otras materias, por lo que se recurre a disponer de una mayor capacidad de trabajo por medio de la contratación de empresas o consultores externos, tarea que se realiza mediante licitación. Es muy común que en el caso de árboles urbanos las municipalidades contraten empresas para gestionar una cantidad de árboles a intervenir, dejando en esa entidad externa la responsabilidad de decidir que hacer, cuanto hacer y cómo actuar frente a los árboles urbanos.
Una situación similar está representada en la actuación que realizan los operadores que son contratados para podar árboles por las empresas a cargo de la distribución eléctrica, las que actúan bajo el criterio de DESPEJE de luminarias y tendido eléctrico, eliminando derechamente la copa de los árboles urbanos, sin considerar especies, ni ningún otro aspecto que debería tenerse en cuenta en estos casos. Este despeje de ramas anual que realizan las empresas eléctricas es la más deleznable de todas las malas prácticas que sobre los árboles urbanos se realizan, no solo por su masividad ni por sus efectos sobre los árboles, sino también por la falta de sustento profesional y conceptual que presenta.
En consecuencia, sea por actuación de los operadores de poda que contratan las municipalidades o que contratan las empresas eléctricas, donde se incluye también los bandejones centrales de avenidas que son mantenidos por la Dirección de Vialidad, debido a la falta de un Plan Director de Arbolado Urbano Comunal, los árboles son perjudicados año tras año, sin importar especies, edad, situación, ubicación ni nada, es decir, los árboles son mutilados, reducidos, maltratados hasta la muerte, y por ello finalmente talados, sin consideración alguna, solo porque se desconoce el lugar donde se encuentran y las características que presentan.
Por este motivo es importante considerar que las licitaciones e intervenciones de terceros, como es el caso de las empresas de distribución eléctrica, deben estar decididas y especificadas para cada árbol que el Plan Director de Arbolado Urbano Comunal señale, sea mediante una especificación del árbol o una Norma Técnica para la especie.
Estimado Senador De Urresti, no es mi intención simplificar en exceso los planteamientos que son necesarios para abordar los grandes temas que dan cuerpo a una Ley del Árbol Urbano, toda vez que se ha hecho un esfuerzo por resaltar aquellos aspectos que permiten ir vertebrando un sistema de gestión que fortalezca el trabajo de los organismos que por su naturaleza tienen responsabilidad en esta materia.
Quiero concluir estas líneas señalando que valoro y aprecio en toda su dimensión el trabajo que la Red de Arbolado Urbano y todas las organizaciones que la conforman han realizado, tarea que ha significado esfuerzo y perseverancia, pero principalmente amor por los árboles urbanos y por los árboles en general.
Quedo a su disposición para seguir contribuyendo en esta importante tarea.
Con agrado lo saluda,
Santiago JM Del Pozo Donoso (3)
Experto en Arbolado Urbano
Ingeniero Forestal por la Universidad de Chile
Autor del Blog Arboricultura Urbana
(1) Del Pozo, S. 2013. Poda de árboles urbanos: mitos y errores. http://arboriculturaurbana.blogspot.com/2013/09/poda-de-arboles-urbanos-mitos-y-errores.html
(2) EMOL. 2019. Áreas verdes: Sólo 18 comunas de las 117 analizadas cumplen con estándar por habitante. https://www.emol.com/noticias/Nacional/2019/10/16/964558/Comunas-areas-verdes-parques-plazas.html
(3) Autor de los libros “Fundamentos de la Arboricultura Urbana” (2017) y “El Árbol dela Felicidad y de la Vida” (2021)
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