La legislación vigente señala que todo acto de la Administración Pública debe ser fundado (Ley 19.880 en Chile), motivo por el cual la Administración Pública no puede accionar en base a criterios o informaciones que no tengan una clara definición y antecedentes en que se sustenten. En algunos países esta norma tiene rango constitucional (por ej. México). A continuación me referiré a la definición ampliamente aceptada que señala lo siguiente: "La Organización Mundial de la Salud define que se debe disponer de 9 metros cuadrados de áreas verdes por habitante (9 m2AV/hab)". Este criterio es ampliamente utilizado como punto de referencia en la toma de decisiones, al menos por el Ministerio de la Vivienda de Chile.
Durante más de una década he buscado algún documento de las Naciones Unidas en que se señale y fundamente el estándar de 9 m2AV/hab., sin obtener resultado alguno. En algunos documentos se citan personas las que a su vez citan como referencia de tal dato a la OMS. Consulté respecto de este tema a la OMS a través de su página web y no he tenido respuesta en años. Toda esta situación me ha llevado a reflexionar y he encontrado algunas pistas que me llevan a la conclusión que que tal estándar de 9 m2AV/hab. nunca ha sido definido formalmente y que, sin sustento o explicación alguna que lo justifique conceptualmente, es utilizado sin mayor reflexión o actitud crítica al respecto.
A continuación me refiero a mis propias reflexiones.
- Las instituciones que administran políticas públicas sociales tienen dos formas de proceder. Por un lado tenemos a Educación y Vivienda, las que aseguran un pupitre por estudiante (cobertura total) o una vivienda por familia (cobertura total). Por otro lado esta Salud que asegura la atención según probabilidad de ocurrencia, ya que es impensable asegurar una cama por habitante, pensando que en algún momento todos los ciudadanos del país estarán enfermos.
- Lo mismo ocurre con las áreas verdes donde, por ejemplo, el rango de niños menores a 5 años está siempre con sus padres. Los niños menores de 5 años no se ubican en las áreas verdes en "sus propios 9 m2AV/hab. contiguos a sus padres". Lo mismo ocurre en las vacaciones donde gran parte de la población busca en las zonas rurales o balnearios, época en que las áreas verdes son intensamente utilizadas por las personas que se quedan en las ciudades, lo que corresponde a un % más bien bajo. Ocurre esta situación también en un fin de semana en que las personas que trabajan en comercio, transporte o quienes están enfermos no acudirán a las áreas verdes.
- Desde otro punto de vista se puede argumentar que las áreas verdes tienen también distintos segmentos de usuarios durante el día: en las mañanas son utilizadas las áreas verdes de forma mayoritaria por deportistas; a medio día por los adultos mayores, en la tarde por las familias y en la noche por personas más jóvenes.
La definición de los espacios que las personas necesitan disponer para mantener su sanidad mental ha sido abordada por la disciplina denominada Proxemia. De aquí se deducen cifras como las siguientes:
- Distancia social: se da entre 1,20 y 3,60 metros. Es la distancia que nos separa de los extraños. Se utiliza con las personas con quienes no tenemos ninguna relación amistosa, la gente que no se conoce bien. (Graciela Mariani, 2013).
- Espacio para Personas Privadas de Libertad: Las normas europeas varían desde un espacio de 4 m2 en Albania a 12 m2 en Suiza. En Chile se especifica un área de alojamiento de 6 m2 que incluye una cama individual, una ducha, un lavado, un escritorio y un estante. (Comité Internacional de la Cruz Roja, 2013).
- Espacios en Oficinas: 2 m2 espacio libre (España), Superficie de 4m2 por persona cuando las áreas son comunes (Organización Internacional del Trabajo. OIT).
- Para escuelas, en España se han definido 2 metros cuadrados por persona en aulas infantiles, 1,5 metros cuadrados por persona en el resto de las aulas, y 5 metros cuadrados por persona en los espacios diferentes a las aulas como laboratorios, talleres, gimnasios, salas de dibujo, etc.
Es evidente que estamos frente a una cifra que no tiene respaldo, lo que en sí constituye un problema, de lo que se generan varias otras situaciones que son también criticables. La primera de ella es la asignación de financiamiento a proyectos que buscan cumplir con el estándar señalado de 9 m2AV/Hab, lo que representa una quimera que nunca se llegará a cumplir. También se deduce el problema que representa un supuesto estado ideal que impide centrar la discusión respecto de la sustentabilidad urbana.
Tengo la impresión de que la necesidad imperiosa de contar con un estándar de áreas verdes por habitantes viene de la corriente de pensamiento denominada Higienismo, que a inicios de la revolución industrial, debido al hacinamiento que se produjo en torno a las industrias, generó la necesidad de crear espacios que oxigenaran los barrios insalubres, eliminando de esa forma los miasmas. Es evidente que estamos en otra época con más conocimiento y frente a la imperiosa necesidad de avanzar en la sustentabilidad de nuestra ciudades. Esto quiere decir también que el urbanismo tradicional ha quedado estrecho para dar respuesta a las necesidad de disponer de Ciudades Sustentables.
Perseguir el estándar de 9 m2AV/Hab, que además representa una demanda infinita porque se incrementa con cada nuevo nacimiento, lleva a mirar la ciudad hacia adentro, de forma aislada a lo que existe en su entorno. A modo de ejemplo señalar que no tiene justificación alguna el que en las estadísticas de áreas verdes urbanas que maneja el Gobierno de Chile para la Región Metropolitana no se incluyan áreas verdes como el Parque Aguas de Ramón o la Quebrada de Macul, las que nacen en la zona urbana del Gran Santiago. Lo mismo ocurre con otras áreas verdes que limitan con la ciudad que simplemente son ignoradas en las estadísticas correspondientes.
Conclusiones
- El Gobierno Central y los Gobiernos Regionales están tomando decisiones sobre áreas verdes en base a conceptos, estándares y criterios que no tienen fundamento, lo que implica gasto de recursos públicos sin una clara definición de política pública.
- El estándar de 9 m2AV/Hab constituye una barrera que impide abordar una discusión conducente a lograr Ciudades Sustentables.
- Es necesario que cada ciudad defina sus propias potencialidades para abordar una política pública sobre áreas verdes, lo que implica tener claridad también sobre el potencial de las áreas verdes que se ubican más allá de los límites urbanos.
- Los árboles urbanos son una parte esencial de la sustentabilidad urbana, lo que implica potenciar su presencia y el aporte que general a la ciudad.
Santiago JM Del Pozo Donoso
arbol.cl@live.cl
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